Para mí, como profesional del arte,TODO vale la pena, ya que si no se interviene, la pérdida de la obra es irremisible. Los criterios aplicables son muchos e incluso de naturaleza tan subjetiva se puede caer en la ofensa personal sin desearlo, sobretodo cuando el valor de la obra atañe a los sentimientos. Desgraciadamente, me encuentro con situaciones muy tristes en las que se pondera no intervenir cuando el coste de la restauración es mayor que el valor comercial de la obra, siempre es decisión del propietario, y cada vez son más los que aplican ese rasero........ ¿Dónde queda el valor histórico, el valor artístico, el valor documental, el valor sentimental y sobretodo la apreciación del bien cultural como algo al que nos debemos porque en ello están nuestras señas e identidades?
Personalmente creo que la posesión de objetos de arte obliga a su conservación y el que no esté dispuesto a cuidar de ellos más valdría que jamás los poseyera.